Recuerdo perfectamente la vez que grabé mi primera boda hace ya algunos años. Los días anteriores era un manojo de nervios, no paraba de mirar vídeos, revisaba constantemente todo mi equipo, el timing de la boda… pero me invadía una bonita ilusión hacia lo desconocido. Pero antes de seguir contando mi experiencia, empecemos por el principio.
Un director de cine colombiano que andaba en Sevilla rodando un largometraje en el cual estuve trabajando, y tras haber hecho buenas migas con él durante el rodaje, me dijo, “Rafa tengo un encargo para ti. Una pareja americana amiga mía se casa en Sevilla el mes que viene. Ya habremos terminado la película. Me gustaría que fueras conmigo a grabarla”. La primera respuesta que se me vino a la cabeza fue evidente, decirle que no estaba preparado, pero luego pensé… “Rafa, antes de comenzar el rodaje, tampoco te sentías capacitado…“, así que acepté.
La pareja se vestía en un conocido y lujoso hotel del centro de Sevilla. Y yo, temeroso de que pasara cualquier cosa por el camino, me presenté en el hall 2 horas antes del comienzo de la grabación. Recuerdo que me senté en una butaca a revisar los parámetros de cámara, y sin verlo venir, uno de los conserjes se puso delante de mí con gesto contrariado y aún con la cara del que no hacía tanto se había despertado, para después preguntarme por el motivo de mi llegada. Yo, algo sorprendido por su inesperada presencia, le saludé y dije que venía a grabar los preparativos de una boda. Asintió, preguntó por las personas alojadas y la hora de inicio, y ante mi respuesta a esto último, a los 2 nos dio por reír. No era para menos, probablemente la mitad de los huéspedes del hotel a esa hora aún seguirían en el séptimo sueño.
Ya en la habitación de la novia donde se preparaba, me quedé algo en shock por no saber qué comenzar a grabar. Fueron un par de minutos. Tras romper el hielo con una tanda de presentaciones y comentarios, el fotógrafo comenzó a colocar los complementos y yo lo aproveché para empezar a grabar.
Aquellos fueron mis primeros clips. Aquel día no salió lo redondo que a uno le hubiera gustado, porque necesitaba un rodaje muy necesario en esta profesión, pero sí fue la primera de muchas y el comienzo de una bonita historia que aún dura hasta la fecha de hoy.
Mi primera vez
